La vitamina D juega un papel clave en la regulación del metabolismo óseo, el sistema inmunológico y las respuestas inflamatorias. Los niveles más bajos de vitamina D se han asociado con varios trastornos inflamatorios, una mineralización ósea deficiente e incluso un mayor riesgo de ciertos cánceres.

Considerada una crisis de salud mundial, se estima que la deficiencia de vitamina D afecta a alrededor de mil millones de personas en todo el mundo. Aunque la luz solar y los suplementos son dos métodos comunes para aumentar los niveles de vitamina D, también puedes obtener tu dosis recomendada de vitamina D a través de alimentos enriquecidos y pescados grasos, como el salmón y la caballa. 

Las investigaciones han demostrado que las deficiencias de vitamina D suelen estar relacionadas con ciertas afecciones médicas, entre ellas: 

  • Osteoporosis (y otras formas de mineralización ósea deficiente)
  • Enfermedad cardiovascular
  • Diabetes
  • Artritis Reumatoide
  • Esclerosis múltiple

Los medicamentos como la colestiramina, el colestipol, el orlistat y el aceite mineral también pueden inhibir la absorción de vitamina D, por lo que es importante analizar primero las soluciones con un médico si tus niveles de vitamina D son bajos.