En términos simples, la sensibilidad a los alimentos se puede traducir como la incapacidad de tu sistema digestivo para procesar ciertos alimentos. Se estima que hasta el 20 por ciento de la población mundial puede experimentar sensibilidad a los alimentos, pero la amplia gama de síntomas a menudo los deja sin diagnosticar. 

La fatiga, el aumento de peso, las molestias abdominales y los dolores de cabeza son solo algunos de los síntomas que pueden atribuirse a sensibilidades o intolerancias alimentarias no tratadas. Debido a que su microbioma intestinal cambia constantemente, la sensibilidad a los alimentos también puede cambiar con el tiempo. 

La sensibilidad a los alimentos a menudo se relaciona con otros problemas de salud, que incluyen (pero no se limitan a): 

  • Síndrome del Intestino Irritable (SII)
  • Síndrome del Intestino Permeable
  • Indigestión (que incluye inflamación, diarrea y estreñimiento)
  • Reflujo ácido
  • Migrañas
  • Eczema 

La detección, identificación y eliminación adecuadas de los alimentos reactivos a menudo brinda alivio a las personas con sensibilidades alimentarias no diagnosticadas. Sin embargo, si experimentas alguno de los síntomas anteriores, le recomendamos que consulte primero con un médico.